Poemas sobre nuestro viaje al norte de Marruecos.
Assilah
Assilah, Assilah montaña y mar.
Pueblo o ciudad ¿Qué será? ¿Qué será?
Vacas, ovejas, burros habrá.
Casas blancas y azules como el mar,
que al atardecer se llenan de niños.
Niños por aquí, niños por allá que cantando se llenan de felicidad.
El zoco, la medina y el mar juntos están.
Un paisaje espectacular.
Jacinta Carrillo Barón. 6º Primaria
Assilah
Assilah grande, bonita y con vistas al mar,
casas blancas y azules por la medina y el resto de la ciudad.
Assilah, Assilah marroquíes pasean por toda la ciudad,
los niños van a la escuela a aprender y jugar.
Assilah, en tu zoco grande comerciantes esperando
a que los turistas vayan a comprar.
Assilah que cerca de Larache y Tanger está.
Juan Manuel López de la Reina García Cervigón. 6º Primaria
El deseo de Mohamed.
Érasé una vez en una ciudad de Marruecos llamada Rabat que vivía un hombre llamado Mohamed, un albañil honrado. No había nada que construir por lo que no trabajaba y estaba preocupado porque no tenía nada para mantener a su familia.
Un día Mohamed fue a una gran mezquita cercana para orar. Después de hacer sus abluciones se sentó sobre sus talones y le pidió a Allah: --Por favor, haz que pueda ir a trabajar para mantener a mi familia.
Regresó a su casa y al día siguiente llamó a la puerta un señor y le dijo:
--Un edificio se ha derrumbado. Ven a construirlo.
Las peticiones que hizo a Allah se cumplieron. Al cabo de un tiempo, el edificio estaba construido de nuevo. Las personas que vivían en ese edificio se lo agradecieron. Mohamed siempre tuvo trabajo y todos los días iba a orar a Allah.
Autores:
Juan Manuel López de la Reina García Cervigón.
Ángela Torrijos Naranjo.
Miguel Menchén Palacios.
DIEZ DIAS EN EL DESIERTO
Erase una vez un hombre llamado Ali-suka que iba con sus amigos en camello por el desierto. De repente, se perdieron todos por un tormenta de arena .
El hombre llamado Alí-Suka y el camello tenían mucha sed, ya que estuvieron 10 días seguidos sin beber ni gota y sin probar bocado vagando por el arenoso desierto.
Un buen día, encontraron un pequeño oasis, bebieron agua ansiosamente con las cuencas de sus manos. A lo lejos, divisaron el luminoso minarete de una mezquita .
Fueron caminando hacia ella. En cuanto llegaron, dejó al camello fuera de la mezquita, pasó y rezó sentado sobre sus talones a su dios Alá. Cuando salió de la mezquita se dirigieron al inmenso zoco a comprar carne, fruta y algo de beber. Llegaron a su humilde casa, y se dieron una gran comilona después de haber estado diez días en el desierto sin beber agua fresca ni comer.
Autores:
Nicasio Araque Moya.
Mª José Díaz- Malaguilla
Antonio Naranjo Parra
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